El Macba festeja su trigésimo aniversario con Como una danza de estorninos, una muestra que reúne 180 obras de 50 artistas para explorar identidades y miradas diversas. Basquiat, Mullican y Oursler dialogan con creadores locales como Onofre Bachiller, cuya serie Fotomatón marca el inicio y cierre del recorrido.

La exposición se organiza en cinco núcleos temáticos que abordan cuerpo, comunidad y espiritualidad. Entre los destacados figuran el laberinto de Àngels Ribé, las obras corporales de Julia Montilla y las piezas oníricas de Claudia Andujar, conformando un relato que cruza generaciones y lenguajes visuales.

El recorrido finaliza en un salón de archivos donde publicaciones, documentos y fotografías trazan la memoria del museo. Con esta propuesta sintética y plural, el Macba reafirma su papel como un espacio vivo que ha acompañado la evolución cultural de Barcelona durante tres décadas.

De regreso en México tras recibir el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025, Graciela Iturbide inaugura Fijar el tiempo en el Palacio de Iturbide. La exposición reúne 69 fotografías seleccionadas por la artista, entre obras icónicas como Mujer ángel y otras menos difundidas que revelan la amplitud de su mirada hacia comunidades, ritos y paisajes.

Durante el recorrido inaugural, Iturbide compartió las historias detrás de sus imágenes tomadas en lugares como Juchitán, Chalma, Sonora, India y Japón. Además, explicó que revisa con frecuencia su archivo personal para encontrar fotografías antes inadvertidas, un ejercicio que considera esencial para mantener vivo su proceso creativo y ampliar el diálogo con su propio trabajo.

Finalmente, la fotógrafa habló del destino aún indefinido de su acervo y expresó su deseo de preservarlo en México a pesar de la falta de espacios. También afirmó que seguirá viajando y produciendo nuevas imágenes, pues la sorpresa, el descubrimiento y el tiempo siguen guiando su obra y dando forma a su mirada documental.

Un cuadro desconocido de Pierre-Auguste Renoir alcanzó 1.8 millones de euros en una subasta en París, superando su estimación prevista. La obra, El niño y sus juguetes, retrata a Jean Renoir junto a su niñera Gabrielle Renard y nunca había sido expuesta ni incluida en los archivos Wildenstein. Esta condición inédita impulsó el interés entre coleccionistas internacionales.

Pintada entre 1890 y 1895, la pieza permaneció en manos privadas durante más de un siglo. Primero perteneció a Jeanne Baudot, única alumna del artista, quien la conservó en Louveciennes hasta su muerte. Luego pasó a Jean Griot, figura de la Resistencia y directivo de Le Figaro, antes de quedar resguardada por sus herederos hasta la reciente subasta.

Según la casa Drouot, la pintura fue adquirida por un comprador internacional cuya identidad no fue revelada. Su estado de conservación, el origen directo y la rareza del formato reforzaron su valor histórico. Así, esta aparición inesperada recupera un episodio íntimo del universo familiar de Renoir.

La artista catalana Núria Quevedo, figura clave del arte político del siglo XX, falleció a los 87 años en Berlín, ciudad donde vivió desde su adolescencia tras exiliarse con su familia en los años cincuenta. Además, su obra plasmó como pocas el desgarro emocional del exilio republicano, especialmente en el icónico óleo Treinta años de exilio (1971), considerado el “Guernica del exilio”.

Asimismo, Quevedo desarrolló una trayectoria marcada por la introspección, la melancolía y la memoria histórica, representadas en figuras solitarias y paisajes lluviosos que evocan la dureza del desarraigo. Aunque en España permaneció largamente ignorada, en Alemania obtuvo reconocimiento institucional, becas y premios que la situaron entre las voces artísticas más relevantes de la antigua RDA.

Finalmente, pese a ese prolongado olvido en su país natal, su legado dialoga con creadoras como Maruja Mallo o Remedios Varo. De este modo, su obra vuelve a cobrar vigencia al recordar la herida colectiva del exilio y la potencia expresiva de quienes, como ella, nunca dejaron de mirar hacia la patria perdida.

La obra Keller Fair II (1960), de la artista estadounidense Lynne Drexler, alcanzó 2.027 millones de dólares en Christie’s, superando con creces su estimación inicial. Asimismo, esta venta marca un nuevo récord para la pintora, cuyo trabajo ha vuelto a la escena internacional tras décadas de relativo anonimato.

Además, el renovado interés por Drexler ha sido impulsado por exposiciones recientes como The First Decade (2022) y Shatter (Hong Kong), que revalorizaron su producción temprana y atrajeron a coleccionistas interesados en la abstracción de posguerra, especialmente la realizada por mujeres artistas.

Finalmente, Keller Fair II destacó por su vibrante colorido y excelente conservación, cualidades poco frecuentes en su obra debido a la escasez de piezas de gran formato. Con museos adquiriendo más trabajos y una retrospectiva prevista para 2026, la disponibilidad de obras maestras disminuirá, fortaleciendo aún más su creciente demanda en el mercado global.

El Museo Universitario del Chopo conmemora este 25 de noviembre cinco décadas de creación artística, crítica y experimental; además, reafirma su papel como espacio vivo que responde a las inquietudes de su comunidad. Asimismo, su directora, Sol Henaro Palomino, destaca que el recinto —inaugurado en 1975 en Santa María la Ribera— ha mantenido un ADN que impulsa propuestas arriesgadas y de vocación social.

Por ello, la celebración incluirá una jornada de actividades de 11 a 21 horas, entre ellas tres exposiciones: El vuelo de Quetzalcoatlus, de Marta Palau; Operación queer; y Radiográficas: El cuerpo interior, de Héctor de Anda, además de un concierto de las Musas Sonideras. A la par, el museo presenta Agentes Chopo, un producto editorial dirigido al público infantil, con el fin de ampliar los vínculos comunitarios.

Finalmente, como parte del aniversario, el recinto restauró la obra monumental Quetzalcoatlus, de Palau, y continúa renovando su infraestructura y archivos. De este modo, el Chopo reafirma su legado como referente de arte contemporáneo y espacio incluyente, mientras abre nuevos horizontes hacia Latinoamérica y nuevas generaciones.

JOVEM abre sus puertas dentro del Estadio Akron con una propuesta que combina arte, tecnología y comunidad desde un enfoque accesible. El museo desplaza la experiencia cultural hacia un territorio poco habitual y, mediante un diseño inmersivo, invita a recorrer espacios donde la luz guía el movimiento y la reflexión.

El proyecto fue desarrollado por Atelier Pouzet López Ríos y utiliza chukum, madera y curvas que acompañan cada transición. Asimismo, el museo se organiza entre mesetas y desniveles que permiten la entrada de luz natural. Sus salas incluyen un espacio inmersivo, un túnel acústico, un mirador y áreas destinadas a la contemplación.

La exposición inaugural, Memoria Viva, presenta instalaciones lumínicas, videomapping y piezas interactivas que exploran movimiento, sensibilidad y transformación. Con actividades comunitarias, talleres abiertos y espacios gratuitos, el museo busca detonar procesos creativos y ampliar la participación cultural. JOVEM abre al público este veintidós de noviembre dos mil veinticinco.

El autorretrato El sueño (La cama), pintado por Frida Kahlo en 1940, se vendió ayer por 54.7 millones de dólares en Nueva York, estableciendo un récord histórico para una artista femenina. La obra superó ampliamente la marca de Georgia O’Keeffe y encabezó una subasta dedicada al surrealismo del siglo XX.

El cuadro, que muestra a Kahlo dormida bajo un esqueleto suspendido, es una de las pocas piezas que permanecían en manos privadas fuera de México, donde gran parte de su producción está protegida como patrimonio. Su rareza y su poderosa iconografía incrementaron el interés entre coleccionistas internacionales.

La venta también reavivó el debate sobre la presencia de Kahlo en el mercado global, pues muchas de sus obras no pueden exportarse ni comercializarse. El sueño no se mostraba públicamente desde los años noventa y fue la pieza central de una velada que reunió más de cien obras surrealistas en Nueva York.

El Retrato de Elisabeth Lederer de Gustav Klimt se convirtió en la obra más valiosa jamás vendida en Sotheby’s, tras alcanzar 179.7 millones de libras en Nueva York. Pintado entre 1914 y 1916, el óleo procedía de la colección de Leonard A. Lauder y superó ampliamente su estimación inicial. La subasta marcó un nuevo hito para el mercado.

El retrato tiene un trasfondo histórico complejo. Durante la Segunda Guerra Mundial, la colección Lederer fue confiscada por los nazis y varias obras se perdieron. Esta pintura sobrevivió porque estaba almacenada aparte y fue devuelta a la familia en 1948, de pasar a manos de Lauder.

La subasta reunió a seis postores durante casi veinte minutos. El precio final consolidó al retrato como una pieza excepcional dentro del mercado internacional. La venta encabezó una jornada que recaudó más de quinientos millones de dólares y reafirmó el interés por el legado de Klimt.

Diego Rivera: La promesa de un mejor futuro llegó al Museo Nacional de Arte de Azerbaiyán, en Bakú, como parte del esfuerzo del Museo Anahuacalli por proyectar internacionalmente la obra del muralista mexicano. La exposición reúne un centenar de reproducciones contemporáneas de murales, bocetos, fotografías y documentos que permiten recorrer las múltiples facetas de Rivera: arquitecto, coleccionista, pintor y figura clave del muralismo.

La curaduría traza puentes entre México y Azerbaiyán, destacando coincidencias históricas como el papel del petróleo en el desarrollo de ambos países a inicios del siglo XX. También revisa la relación del artista con Europa del Este y su influencia en el impulso del muralismo en aquella región.

La muestra enfatiza el proyecto del Anahuacalli, concebido por Rivera para resguardar su colección de arte prehispánico y su visión sobre el futuro cultural de México. Abierta hasta el 31 de diciembre, la exposición iniciará un recorrido por otras ciudades azerbaiyanas.