Eileen Higgins fue elegida alcaldesa de Miami y se convirtió en la primera demócrata en ocupar el cargo en casi tres décadas. Con cerca de 60 por ciento de los votos en la segunda vuelta, derrotó al republicano Emilio T. González, respaldado por el presidente Donald Trump, en unos comicios de baja participación.

Además de romper la hegemonía republicana, Higgins, de 61 años, hizo historia al ser la primera mujer electa para gobernar la ciudad. Miami, marcada por una fuerte presencia latina y por el predominio político de figuras conservadoras de ascendencia cubana, vivió así un giro significativo en su escenario electoral tras años de estabilidad partidista.

En un comunicado, Higgins prometió inaugurar una etapa de liderazgo ético y responsable orientada a “resultados reales” para la población. Su triunfo se suma a otros avances recientes de los demócratas en elecciones estatales y locales, interpretados como una respuesta al regreso de Trump a la Casa Blanca.

Rusia calificó la nueva estrategia de seguridad nacional presentada por Estados Unidos como un “cambio alentador” que coincide con su visión geopolítica. El portavoz Dmitri Peskov afirmó que los ajustes del documento se alinean con intereses rusos y podrían facilitar avances constructivos hacia una solución pacífica en Ucrania, pese a tensiones persistentes.

El Kremlin destacó que Washington promete no ampliar la OTAN, aunque señaló que algunos puntos del plan de paz propuesto requieren cambios profundos. El asesor Yuri Ushakov indicó que, tras la visita del enviado estadounidense Steve Witkoff, ambas partes lograron mayor entendimiento. También subrayó que no se discutió una posible reunión entre Vladimir Putin y Donald Trump durante los recientes contactos diplomáticos.

Putin recibió en Moscú a Witkoff y Jared Kushner para revisar la propuesta estadounidense, dividida en cuatro bloques. Paralelamente, Trump expresó su decepción por la falta de respuesta ucraniana, mientras su hijo acusó a Kiev de mayor corrupción y defendió la capacidad del mandatario para resolver conflictos internacionales.

El secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, defendió la ofensiva contra embarcaciones vinculadas a cárteles, afirmando que el presidente Donald Trump puede emplear fuerza militar para proteger al país. Justificó los ataques, que han dejado al menos 87 muertos, comparando la operación con la guerra antiterrorista posterior al once de septiembre.

Hegseth rechazó cuestionamientos sobre posibles violaciones al derecho internacional, pese a reportes de que fuerzas estadounidenses habrían efectuado un ataque adicional contra sobrevivientes en septiembre. Legisladores demandan aclaraciones sobre la legalidad y las órdenes emitidas. El funcionario equiparó a traficantes con terroristas, aunque expertos señalan diferencias sustanciales entre ambos actores y los marcos aplicables para confrontarlos.

El discurso coincidió con la presentación de la nueva estrategia de seguridad nacional, que critica a aliados europeos y busca reforzar la hegemonía estadounidense. Hegseth también sostuvo que Estados Unidos debe contener a China mediante poder militar y prometió reanudar pruebas nucleares, alineándose con la visión de política exterior promovida por Trump.

Un exagente senior de la DEA, Paul Campo, y su asociado Robert Sensi fueron acusados en Nueva York de conspirar para lavar millones de dólares y obtener armas para el Cártel Jalisco Nueva Generación. La imputación sostiene que ambos intentaron apoyar operaciones vinculadas al grupo, considerado organización terrorista por Washington.

Según fiscales, los acusados acordaron lavar hasta doce millones de dólares, convertir efectivo en criptomonedas y financiar un cargamento simulado de cocaína destinado al mercado estadounidense. También exploraron adquirir drones comerciales y armas militares, incluidos rifles AR-15 y lanzagranadas, creyendo negociar realmente con representantes del cártel mexicano, según la acusación.

La fiscalía argumentó que Campo traicionó la misión encomendada durante su carrera en la DEA, mientras la agencia afirmó que tales acciones socavan la confianza pública. El caso añade presión sobre la institución, ya afectada por episodios recientes de mala conducta, y podría acelerar reformas internas orientadas a fortalecer supervisión.

La Guardia Revolucionaria de Irán inició maniobras navales en el golfo Pérsico y lanzó advertencias directas a buques de guerra estadunidenses presentes en la zona. El ejercicio militar ocurre más de cinco meses después del conflicto provocado por la ofensiva israelí de junio, a la que Washington se sumó con bombardeos contra instalaciones nucleares iraníes.

Teherán señaló que las maniobras buscan mostrar el “espíritu de resistencia” y la capacidad de sus fuerzas para responder a cualquier amenaza. El operativo lleva el nombre del comandante Mohamad Nazeri, fundador de las fuerzas especiales navales fallecido en 2016. Según autoridades iraníes, las unidades transmitieron un mensaje “decisivo” a las embarcaciones de Estados Unidos.

El despliegue incluye sistemas de defensa avanzados con inteligencia artificial para identificar objetivos y atacar con precisión. Además, Irán afirmó que la operación demuestra el poder de sus misiles, drones y equipos de vigilancia, con el fin de reforzar su presencia militar en la región.

El Departamento de Seguridad Nacional lanzó un operativo en Nueva Orleans para detener a migrantes sin documentos y a personas con antecedentes, como parte de la ofensiva migratoria del presidente Donald Trump. La medida, dirigida contra individuos protegidos por políticas locales de “ciudad santuario”, se suma a despliegues previos de la Guardia Nacional en otras ciudades gobernadas por demócratas.

Acciones similares se llevaron a cabo en Minneapolis y Saint Paul, mientras el gobierno federal insiste en que estas intervenciones responden a solicitudes estatales. En paralelo, una jueza federal en Washington emitió una orden que prohíbe realizar arrestos migratorios sin orden judicial, un revés para la administración Trump en medio de crecientes demandas de organizaciones civiles.

El gobierno también anunció restricciones de visas para Nigeria y otros países que, según Washington, presentan violaciones a la libertad religiosa. El secretario de Estado, Marco Rubio, afirmó que la medida responde a episodios de violencia contra comunidades cristianas, aunque no aportó pruebas para sostener esas acusaciones.

Nicolás Maduro confirmó que habló por teléfono con Donald Trump hace 10 días y describió la conversación como respetuosa y “cordial”, en medio de la tensión por el despliegue militar estadunidense en el Caribe. Afirmó que, si abre espacio para un diálogo de Estado a Estado, Venezuela lo recibirá positivamente.

Trump reconoció el contacto, aunque dijo que fue breve. El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva sostuvo que en privado el mandatario estadunidense es distinto a su imagen pública y calificó su reciente charla como positiva.

Al mismo tiempo, el Pentágono enfrenta críticas por un ataque en el Caribe que habría rematado a sobrevivientes, mientras legisladores investigan posibles órdenes de “matar a todos”. Washington también alertó sobre presencia de Hezbollah en América Latina, en particular en Venezuela.

El presidente ruso Vladimir Putin y el enviado estadounidense Steve Witkoff sostuvieron una reunión de cinco horas sin lograr un compromiso sobre el plan de paz para Ucrania, informó el Kremlin. Aunque Moscú consideró “aceptables” algunas propuestas, señaló que aún queda amplio trabajo por hacer y que las posiciones no se han acercado lo suficiente para un acuerdo.

Durante el encuentro, se abordó el tema territorial, con Rusia exigiendo la retirada ucraniana del Donbás como condición indispensable. Putin criticó varios puntos del plan de Washington, pero respaldó otros, mientras acusó a Europa de actuar de forma “destructiva”. El mandatario advirtió además que, si Europa busca una guerra, Rusia está lista para responder.

Las conversaciones incluyeron también la revisión del plan impulsado por Donald Trump y otros documentos presentados por Witkoff. Aunque se evitó revelar detalles, ambas partes coincidieron en mantener las consultas. Putin señaló que una futura reunión con Trump dependerá de avances reales en el proceso.

El presidente Gustavo Petro advirtió a Donald Trump que “atacar la soberanía de Colombia es declarar la guerra”, tras las amenazas del mandatario estadunidense de actuar contra países que trafiquen drogas a Estados Unidos. Petro lo invitó a visitar Colombia para constatar los miles de laboratorios destruidos durante su gobierno.

Trump había señalado que cualquier nación involucrada en el envío de cocaína podría ser “atacada”, en medio de tensiones crecientes entre Washington y Bogotá, que incluyen el retiro de certificación antidrogas y sanciones personales contra Petro.

En paralelo, el papa León XIV rechazó una escalada militar contra Venezuela, mientras Trump sostuvo una llamada con el presidente brasileño Lula da Silva para fortalecer la cooperación contra el crimen organizado y discutir aranceles.

El presidente Donald Trump reunió a su gabinete de seguridad para discutir los próximos movimientos de su campaña para propiciar un cambio de régimen en Venezuela, mientras aliados conservadores expresan inquietud por la legalidad y alcance de las operaciones militares en el Caribe. La Casa Blanca insistió en que el despliegue busca frenar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.

Sin embargo, crecieron las dudas tras revelarse un segundo ataque ordenado por el secretario de Guerra, Pete Hegseth, contra sobrevivientes de una embarcación interceptada en septiembre, hecho que legisladores calificaron como posible crimen de guerra. La portavoz Karoline Leavitt negó violaciones al derecho internacional y sostuvo que la acción fue legal. Críticas adicionales emergieron luego del reciente indulto de Trump al ex presidente hondureño Juan Orlando Hernández.

El debate también se intensifica en torno al futuro de Nicolás Maduro. Mientras sectores conservadores presionan por acciones más firmes, otros advierten sobre los riesgos de una intervención directa. Las deliberaciones del gabinete no se hicieron públicas y persiste la incertidumbre sobre la estrategia final que adoptará la administración.