Aunque Israel anunció una “pausa humanitaria”, al menos 63 palestinos fueron asesinados en 24 horas, muchos mientras buscaban alimentos. Tel Aviv aseguró que permitiría el ingreso de ayuda y que suspendería operaciones militares por 10 horas diarias. Sin embargo, los ataques continuaron.

Cientos de personas recorren Gaza entre ruinas, cargando sacos de ayuda como si llevaran esperanza en la espalda. Jordania y Emiratos lanzaron 25 toneladas de suministros, pero la hambruna persiste. Desde octubre de 2023, más de 59 mil personas han muerto, en su mayoría mujeres y niños.

ONGs denuncian un colapso total del sistema de salud. Naciones Unidas advirtió que un tercio de la población no ha comido en días. Mientras tanto, el ministro israelí Itamar Ben-Gvir exige expulsiones masivas. Hamas acusa a Netanyahu de manipular la ayuda como estrategia de imagen internacional. La ayuda llega tarde. El sufrimiento no se detiene.