El Departamento de Seguridad Nacional lanzó un operativo en Nueva Orleans para detener a migrantes sin documentos y a personas con antecedentes, como parte de la ofensiva migratoria del presidente Donald Trump. La medida, dirigida contra individuos protegidos por políticas locales de “ciudad santuario”, se suma a despliegues previos de la Guardia Nacional en otras ciudades gobernadas por demócratas.

Acciones similares se llevaron a cabo en Minneapolis y Saint Paul, mientras el gobierno federal insiste en que estas intervenciones responden a solicitudes estatales. En paralelo, una jueza federal en Washington emitió una orden que prohíbe realizar arrestos migratorios sin orden judicial, un revés para la administración Trump en medio de crecientes demandas de organizaciones civiles.

El gobierno también anunció restricciones de visas para Nigeria y otros países que, según Washington, presentan violaciones a la libertad religiosa. El secretario de Estado, Marco Rubio, afirmó que la medida responde a episodios de violencia contra comunidades cristianas, aunque no aportó pruebas para sostener esas acusaciones.

La presidenta Claudia Sheinbaum presentó el sorteo especial de la Lotería Nacional “México con M de Migrante”, dedicado a reconocer a las y los mexicanos que viven en el extranjero. El sorteo se celebrará el 15 de septiembre, con una bolsa total de más de 424 millones de pesos.

Los recursos recaudados se destinarán a fortalecer la red consular en Estados Unidos. La directora de Lotería Nacional, Olivia Salomón, detalló que habrá 4 millones de billetes disponibles y un premio mayor de 255 millones, repartido en 10 ganadores. El costo por “cachito” es de 200 pesos.

El diseño del billete fue creado por la ilustradora Marisol Gandarilla, inspirado en el colectivo migrante Legado de Grandeza. El sorteo será promovido en coordinación con la SRE y otras dependencias. Con este gesto simbólico y económico, el gobierno busca reforzar su vínculo con una comunidad clave para el país en remesas, cultura e identidad.

Los migrantes mexicanos en Estados Unidos reciben sus credenciales para votar “desactivadas”, lo que significa que sus datos no figuran en el padrón electoral. Así lo denunció la diputada federal Maribel Solache González (Morena), quien advierte que este proceso “poco amigable” desincentiva el voto de los connacionales.

Según Solache, el trámite en los consulados es “muy arduo”, con citas que demoran meses y un envío de credencial que no está “activado”. Para activarlas, los migrantes deben llamar a un teléfono que “nunca contestan” o usar la página del INE, plataformas que son poco accesibles para muchos.

De casi 40 millones de mexicanos en EE. UU., solo 2 millones tienen credencial y, de ellos, solo 226 mil 661 se registraron para votar el año pasado. La diputada busca reformar la ley para activar las credenciales automáticamente, pues considera el sistema actual un reflejo de racismo y clasismo.

La nueva versión del megaproyecto presupuestal de Trump recorta nuevamente el polémico impuesto a las remesas enviadas al extranjero, que inicialmente buscaba gravar con hasta 10% los envíos desde Estados Unidos. Ahora, el gravamen sería de apenas 1.5% y se limitaría a países sin tratados bilaterales de seguridad fronteriza.

La medida, que generó fuerte oposición entre legisladores demócratas y organizaciones migrantes, ha sido suavizada para lograr mayor respaldo en el Congreso. Aun así, críticos advierten que sigue afectando desproporcionadamente a comunidades latinas que envían dinero a sus familias, especialmente en México y Centroamérica.

El megaproyecto aún debe ser votado, pero sugiere que el equipo de Trump busca avanzar su agenda restrictiva sin arriesgar el equilibrio legislativo. Aunque la tasa es menor, el impuesto sigue cargado de simbolismo: penalizar el vínculo financiero entre migrantes y sus países de origen.