El arte del encuentro según el chef Take Matsumoto
En el corazón de la Roma, Izakaya Kura redefine la experiencia japonesa contemporánea bajo la dirección del chef Take Matsumoto. Más que un restaurante, este espacio funciona como un ritual: precisión, armonía y encuentro. Su propuesta combina la técnica milimétrica del Japón tradicional con la calidez de la hospitalidad mexicana.
Durante una de sus recientes celebraciones, Kura se transformó en una auténtica fiesta sensorial. Cocteles de sake, martinis de lichi y música en vivo acompañaron el ronqueo de un atún de 120 kilos, ejecutado con la destreza de un maestro artesano. Cada corte —de callo, anguila o wagyu— se volvió una lección de respeto y belleza.
El menú se mueve entre el ramen, el donburi y la robata, siempre fiel al equilibrio estético que caracteriza a la casa. Con su ambiente cálido y sobrio, Kura confirma que la gastronomía japonesa es, ante todo, una forma de contemplación.
