El presidente Donald Trump firmó un decreto que clasifica al fentanilo ilícito como un “arma de destrucción masiva”, al considerar que su impacto letal supera al de ataques convencionales. Durante un acto en la Casa Blanca, afirmó que esta droga causa entre 200 mil y 300 mil muertes anuales en Estados Unidos y representa una amenaza directa a la seguridad nacional.

La orden equipara al fentanilo con un arma química y ordena a la Fiscalía General iniciar investigaciones inmediatas contra su tráfico, con agravantes penales. Además, instruye a los departamentos de Estado y del Tesoro a sancionar activos e instituciones vinculadas a su producción y distribución, principalmente por redes criminales y cárteles.

El decreto también abre la puerta a una mayor participación del Departamento de Guerra en tareas de apoyo al combate antidrogas y actualiza protocolos militares ante incidentes químicos. Trump reiteró que los cárteles mexicanos son organizaciones terroristas y no descartó acciones directas fuera de territorio estadounidense.

La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que el tráfico de fentanilo hacia EUA. se redujo 50% desde octubre, cuando inició su mandato. Aseguró que esta baja es reconocida incluso por autoridades estadounidenses, y se debe al despliegue nacional de operativos, destrucción de laboratorios y decomisos.

Hasta hoy, se han desmantelado 1,193 laboratorios de metanfetaminas, con un impacto estimado de 43 mil millones de pesos contra el crimen organizado. Sheinbaum insistió en que este esfuerzo debe tener reflejo del otro lado de la frontera: “ellos también deben combatir la venta y distribución en sus ciudades”, afirmó.

Sobre la sustracción de Ismael “El Mayo” Zambada —presuntamente ocurrido en EE.UU.— Sheinbaum reiteró que México sigue sin recibir información del caso. Pidió una relación bilateral basada en confianza y respeto a la soberanía, sin subordinación, pero con compromiso compartido en la lucha contra el narcotráfico.

El presidente Donald Trump volvió a culpar a los cárteles y políticos mexicanos por la crisis de adicción al fentanilo en Estados Unidos. Al promulgar la Ley Alto al Fentanilo, declaró que “los salvajes cárteles de droga tienen un control tremendo sobre México”, sin ofrecer más explicaciones.

La ley no modifica regulaciones del fentanilo, pero sí establece condenas mínimas para traficantes. Curiosamente, la primera persona invitada a comentar fue el padre de un joven adicto a opioides recetados legalmente por una farmacéutica estadounidense. Datos oficiales contradicen a Trump: muertes por fentanilo aumentaron durante su primer mandato, desplomándose 30% en los últimos 16 meses de Biden.

Aunque parte del fentanilo ilegal proviene de México, la conferencia omitió la responsabilidad de las farmacéuticas estadounidenses en el origen de la epidemia de opioides. Expertos señalan que la distribución del fentanilo ilegal también es controlada por agrupaciones criminales dentro de Estados Unidos. Esto invita a preguntar, ¿la estrategia de Trump realmente aborda la raíz del problema o solo busca un chivo expiatorio externo?