Perú rompió relaciones diplomáticas con México tras el asilo otorgado por el gobierno mexicano a Betssy Chávez, ex primera ministra de Pedro Castillo, procesada por presunta rebelión. Chávez se refugió en la embajada mexicana en Lima, lo que provocó una inmediata reacción del Ejecutivo peruano.
El canciller Hugo de Zela calificó el hecho como un “acto inamistoso” y ordenó a la encargada de negocios de México abandonar el país en un plazo breve. México respondió calificando la medida de “excesiva y desproporcionada” y defendió su decisión de otorgar asilo político conforme a su Constitución y al derecho internacional.
La tensión entre ambos países se arrastra desde el fallido autogolpe de Castillo en 2022, cuando México concedió asilo a su familia y desconoció la legitimidad de Dina Boluarte. Con la ruptura formal, Lima y Ciudad de México cierran uno de los vínculos diplomáticos más deteriorados en América Latina.