La Ciudad de México suma un nuevo recinto al universo de Frida Kahlo: la Casa Roja, donde vivieron sus padres y que ahora se convierte en museo familiar. A tres cuadras de la Casa Azul, este espacio busca mostrar una faceta más íntima de la artista, lejos de la narrativa centrada en Diego Rivera. Fotografías, cartas, vestidos, muñecas y hasta recetas se exhiben junto a un cuarto oscuro en honor a Guillermo Kahlo, padre de la pintora.
Los descendientes de la familia, junto con la recién creada Fundación Kahlo, impulsaron la apertura tras años de mantener la residencia cerrada. El museo propone un recorrido analógico y personal, con objetos cotidianos que revelan la red de afectos que sostuvo a Frida durante su vida. En paralelo, la fundación proyecta becas y premios artísticos para dar continuidad a su legado.
Con esta apertura, México refuerza la memoria de su artista más universal. La Casa Roja no es solo un espacio de exhibición, sino un puente emocional que devuelve a Frida al corazón de su familia y de su país.