En un día de cinema, Señorito se ha convertido en el secreto mejor guardado de la Cineteca Nacional. Su propuesta sencilla, sin fuego directo, destaca con sabores bien pensados y antojitos reconfortantes como un caldo de pollo clarito o una fresca ensalada de papa con mayonesa kewpie. Pero el verdadero protagonista es su banh mi: baguette con pollo rostizado, paté y mayonesa de sriracha que estalla de sabor.
El menú es breve, pero delicioso. Los sabores ácidos y cítricos no faltan en la mesa: un perfecto balance para acompañar las opciones carnivoras de sus sandiwues estelares. Hay cold brew con toque de naranja, panquecito de elote para cerrar, y buena disposición del servicio, que deja muchas ganas de volver.
Para quienes aman el cine y también comer bien, Señorito es ya parte de la cartelera. Un espacio pequeño con ambición grande, que convierte cada función en plan completo.
