Las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron la recuperación del nieto 140, apropiado durante la última dictadura militar en Argentina (1976-1983). Su identidad fue restituida tras una prueba genética y un proceso de búsqueda impulsado por la organización.
La madre del joven, que permanece viva, fue secuestrada en 1977 en Buenos Aires. Estaba embarazada de pocos meses y dio a luz en cautiverio. Como en otros casos, el bebé fue entregado a una familia vinculada con el régimen.
El hallazgo ocurre en un contexto de creciente negacionismo por parte de sectores políticos que cuestionan la cifra de desaparecidos. La noticia renueva el valor de la memoria, la justicia y el trabajo ininterrumpido de las Abuelas, que siguen buscando a más de 300 personas nacidas en centros clandestinos. La identidad, en Argentina, sigue siendo una forma de reparación activa.