Jimmy Kimmel logró la mayor audiencia de su programa en más de una década, con 6,26 millones de televidentes y más de 26 millones de vistas en redes, tras su regreso a la televisión luego de ser suspendido por presiones del gobierno de Donald Trump. Pese al boicot de dos cadenas que bloquearon la emisión en casi una cuarta parte de los hogares estadounidenses, el humorista convirtió su monólogo en un fenómeno viral.
El episodio mezcló disculpas y sátira, incluyendo un video del expresidente descalificándolo, al que Kimmel respondió con ironía. En YouTube, su mensaje “Jimmy Kimmel is back!” superó en horas los 15 millones de reproducciones, batiendo su propio récord. Disney, propietaria de ABC, había levantado la suspensión apenas horas antes del regreso.
El caso exhibe cómo la censura política puede transformarse en combustible mediático en la era digital. La pregunta de fondo es si los intentos de silenciar voces críticas desde el poder solo refuerzan la influencia de quienes buscan callar.
