El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, declaró que su gobierno “autorizará” a los palestinos de Gaza a abandonar el territorio, en medio de preparativos para una ofensiva militar más amplia. Aseguró que no se trata de una expulsión, sino de ofrecer la opción de marcharse de zonas de combate y, en general, del enclave, comparando la medida con desplazamientos ocurridos en Siria, Ucrania y Afganistán.
La declaración se produce tras el anuncio de Egipto de reactivar las negociaciones para una tregua de 60 días entre Israel y Hamás. Para muchos palestinos, cualquier medida de este tipo evoca la “Nakba” de 1948, cuando cientos de miles fueron desplazados. Netanyahu respaldó previamente la propuesta de Donald Trump de reubicar a la población gazatí en Egipto y Jordania.
En paralelo, una delegación de Hamás viajó a El Cairo para reunirse con mediadores de Egipto, Catar y Estados Unidos. Desde el inicio del conflicto en 2023, los ataques han dejado miles de muertos, en su mayoría civiles, y los esfuerzos diplomáticos no han logrado consolidar una paz duradera.
