El gobierno federal anunció que reembolsará a los migrantes el 1% de impuesto que Estados Unidos busca aplicar a las remesas en efectivo. La presidenta Claudia Sheinbaum explicó que esta medida responde al ajuste de la propuesta original que planteaba un gravamen del 5%, tras una ola de protestas de la comunidad migrante.

Según el Banco de México, el 99% de las remesas se transfiere por vía electrónica, por lo que el nuevo impuesto afectará solo al 1% de los envíos. La mandataria informó que, en caso de aprobarse en el Congreso estadounidense, el reembolso se efectuará a través de la Tarjeta Paisano, como reconocimiento a quienes apoyan la economía nacional.

Este anuncio busca mitigar el impacto económico sobre los migrantes, aunque también evidencia la creciente tensión fiscal entre ambos gobiernos. El reto ahora es garantizar que la medida sea efectiva y transparente para quienes dependen de este ingreso vital desde el extranjero.

Durante la conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió a los comentarios del empresario Ricardo Salinas Pliego, quien criticó que muchos políticos gobiernan sin haber pagado impuestos ni saber administrar una empresa. Sheinbaum calificó las declaraciones como “ignorantes, clasistas e hipócritas”.

La mandataria afirmó que todos los ciudadanos pagan impuestos mediante el IVA y señaló que algunos actores económicos se escudan en el discurso de legalidad solo cuando les conviene. También acusó a los críticos de defender la libertad solo cuando no son ellos los cuestionados.

La confrontación refleja tensiones de fondo entre poder político y poder económico, especialmente en un contexto donde se discute el rol de los empresarios en el ámbito público. Más allá del intercambio, vale cuestionar si esta discusión fortalece la rendición de cuentas o simplemente distrae de temas estructurales como la evasión fiscal, la concentración del poder o la desigualdad.