Durante la Conferencia del Pueblo, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que el cierre de CIBanco no ha afectado al sistema bancario del país. Explicó que la decisión se tomó en coordinación con el gobierno federal y los propietarios de la institución, como la mejor alternativa para concluir operaciones de manera ordenada y definitiva.

La mandataria señaló que la acusación del gobierno de Estados Unidos contra dos bancos y una casa de valores careció de pruebas suficientes, por lo que México no respaldó dicha acción. Reiteró que el sector financiero nacional se mantiene estable y sin riesgos para los usuarios.

Sheinbaum subrayó que existe comunicación constante con las instituciones financieras y solicitó al gobierno estadounidense que cualquier situación que pudiera afectar al sistema mexicano sea informada con evidencia clara. “Queremos evitar especulaciones y proteger a los usuarios del sistema financiero”, enfatizó.

El Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) informó que CIBanco entró oficialmente en liquidación luego de que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) aprobara la revocación de su licencia para operar. La decisión ocurre tras los señalamientos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que en junio pasado vinculó al banco con posibles operaciones de lavado de dinero.

A partir de este viernes, todas las sucursales de la institución cerrarán de forma definitiva. El IPAB anunció que el próximo 13 de octubre iniciará el pago a los ahorradores, cubriendo las llamadas “obligaciones garantizadas”: cuentas de ahorro, cheques, pagarés y depósitos a plazo, sin necesidad de trámite por parte de los clientes. El proceso deberá completarse en un plazo máximo de 90 días naturales.

Según la CNBV, la revocación fue solicitada de forma “voluntaria” por los accionistas, quienes consideraron que la liquidación era la mejor alternativa para proteger a los clientes. Sin embargo, el contexto internacional presionó la decisión: CIBanco, junto con Intercam y Vector Casa de Bolsa, había sido señalado por las autoridades estadounidenses por presuntas transferencias irregulares y operaciones opacas con terceros.

Antes de la liquidación, CIBanco vendió su negocio fiduciario a Multiva y su cartera automotriz a Bancoppel, en un intento por reducir riesgos. Con este cierre, el sistema financiero mexicano enfrenta su primera liquidación bancaria en casi una década, un episodio que reaviva el debate sobre la vulnerabilidad de la banca mediana ante flujos ilícitos y la efectividad de la supervisión financiera en México.

Fitch Ratings degradó a nivel basura los bonos de CIBanco, Intercam y Vector, tras los señalamientos del Departamento del Tesoro de EE. UU. por fallas en sus controles contra el lavado de dinero. Además, anunció que dejará de evaluarlos por no renovar contrato de servicios. La decisión implica una fuerte pérdida de confianza y eleva el riesgo de impago para inversionistas, que ahora exigen mayores rendimientos a cambio del riesgo.

La calificadora explicó que las instituciones muestran un deterioro financiero, daño reputacional, fuga de clientes y disminución en operaciones diarias. Aunque no hay incumplimientos hasta ahora, las entidades enfrentan una seria advertencia del mercado y observación negativa. También fueron retiradas las calificaciones de afiliadas como CICasa de Bolsa y Finanmadrid.

Mientras tanto, el gobierno mexicano ha insistido en que no hay investigaciones penales abiertas contra particulares. Sin embargo, las sanciones del Tesoro y la pérdida de respaldo de Fitch agravan el golpe al sector financiero involucrado.