La cumbre BRICS concluyó en Río de Janeiro (6-7 julio) con un mensaje frontal contra Washington. El bloque denunció los aranceles unilaterales de Estados Unidos y condenó las incursiones militares contra Irán iniciadas el 13 de junio. La Declaración de Río exigió respeto al multilateralismo y censuró la ofensiva israelí en Gaza.

Los líderes discuten sistemas de pago alternativos y uso de monedas locales para reducir la dependencia del dólar. Trump replicó en Truth Social con la amenaza de un 10 % adicional de aranceles a cualquier país que adopte políticas “antiestadunidenses”, tensando aún más la agenda comercial.

Pese a la retórica, el bloque rehuyó fijar posición sobre Ucrania, señal de fracturas internas. Su desafío será transformar las declaraciones en acciones coordinadas que equilibren el poder global. ¿Logrará un frente tan diverso imponerse a la presión de Washington
o quedará en promesas?

Claudia Sheinbaum rechazó la amenaza arancelaria de Donald Trump. El republicano anunció un 10 % extra a países que “se alineen” con los BRICS. Desde Palacio Nacional, la presidenta pidió cooperación en lugar de castigos y recordó que la Constitución obliga a impulsar desarrollo y respeto mutuo.

La mandataria afirmó que el diálogo con Washington sigue abierto, incluidos comercio y migración. Destacó que Juan Ramón de la Fuente la representó en la cumbre BRICS de Río, donde México respaldó la declaración que condena medidas coercitivas y reclama multilateralismo. También advirtió que los aranceles ponen en duda la solidez del T-MEC.

Propuso destinar 1 % del gasto militar global a programas de reforestación y convocar una Cumbre del Desarrollo Económico para el Bienestar. Estas ideas chocan con la ruta punitiva de Washington y revelan dos modelos en pugna. ¿Podrá México equilibrar su apuesta multilateral sin sufrir nuevas represalias?