Muertos por misiles de Trump eran obreros y pescadores
Donald Trump defendió los ataques del ejército estadounidense en el Caribe asegurando que las embarcaciones destruidas transportaban “narcoterroristas”. Pero una investigación de The Associated Press revela una historia distinta: entre los más de 60 muertos hay pescadores, obreros y jóvenes sin experiencia en el mar, reclutados por necesidad.
En la península venezolana de Paria, una de las zonas más pobres del país, hombres como Robert Sánchez —pescador y padre de cuatro hijos— aceptaron trabajos de transporte marítimo a cambio de 500 dólares por viaje. Buscaban sobrevivir. Sánchez, que ganaba apenas 100 dólares al mes, murió en una lancha alcanzada por misiles estadounidenses. Otros, como Juan Carlos Fuentes, un chofer desempleado, o Dushak Milovcic, ex cadete militar, también cayeron en ataques recientes.
Washington justifica la ofensiva declarando que los cárteles son “combatientes ilegales” y que Estados Unidos está en “guerra” contra ellos. Sin embargo, las embarcaciones hundidas transportaban cocaína —no opioides, los responsables de las sobredosis que Trump dice querer evitar—. En total, el ejército ha realizado 18 ataques, con cerca de 70 muertos.
Familiares denuncian que sus seres queridos fueron ejecutados sin juicio ni aviso, mientras las autoridades venezolanas callan. En Güiria, las madres reconocen a sus hijos por relojes o tatuajes en cuerpos mutilados que arriban a las costas de Trinidad. Las muertes, aseguran los pobladores, no fueron una batalla contra el narcotráfico: fueron una masacre de pobres que eligieron el mar como último recurso para vivir.









