Iñaki Blanco, ex fiscal de Guerrero, señaló a José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala, y al grupo criminal Guerreros Unidos como autores intelectuales de la desaparición de 43 estudiantes la noche del 26 de septiembre de 2014. Según Blanco, la acción constituyó una desaparición forzada en la que participaron servidores públicos y personas con autoridad.
El ex fiscal detalló que la coordinación del crimen involucró a policías de diversos municipios, entre ellos Huitzuco, Tepecoacuilco, Taxco, Cocula e Iguala. Durante la operación, 68 estudiantes lograron escapar y posteriormente fueron identificados por las autoridades gracias a pruebas de Rodizonato y Lunge que confirmaron el uso de armas de fuego por parte de los agresores.
Blanco destacó la importancia de los avances en peritajes y rastreo de telefonía, que podrían localizar los equipos usados por los implicados. La investigación plantea un cuestionamiento crítico sobre la complicidad institucional y la necesidad de justicia efectiva frente a la impunidad.
