El Paquete Económico 2026 perfila la ruta del gobierno de Claudia Sheinbaum: programas sociales como eje central, integración productiva mediante el Plan México y disciplina fiscal como escudo frente a la deuda heredada. La Pensión Mujeres Bienestar ilustra el giro redistributivo, pero también anticipa tensiones: el pago de intereses consume un presupuesto anual completo, lo que obliga a equilibrar gasto social con sostenibilidad financiera.
En paralelo, Argentina ofrece un espejo incómodo. El salvavidas de 20 mil millones de dólares a Milei recuerda el ajuste de los noventa en México: préstamos condicionados a reformas impopulares y vulnerabilidad política. La dolarización fallida reitera que los atajos económicos suelen amplificar las crisis, dejando a los gobiernos sin margen de maniobra ante sus votantes y acreedores.
En el frente doméstico, la compra de Fernando Chico Pardo de una participación en Banamex introduce otra interrogante: ¿qué destino tendrá la colección de arte vinculada al banco? La preocupación trasciende lo financiero: se trata de preservar un patrimonio cultural que simboliza continuidad histórica en medio de transformaciones corporativas y luchas de poder económico.
Por último, la denuncia sobre el presupuesto del IPN reaviva un debate incómodo: la desigualdad educativa en la asignación de recursos públicos. Que una institución con matrícula mayor reciba menos de la mitad del presupuesto de la UNAM exhibe un sesgo que erosiona oportunidades. La política redistributiva no puede omitir que también en la educación persisten deudas estructurales.
