La Sala Superior del Tribunal Electoral rechazó el proyecto del magistrado Reyes Rodríguez que buscaba anular la elección de integrantes de la Suprema Corte. Con tres votos a favor y dos en contra, se validó el proceso, pese a las pruebas sobre la distribución de acordeones presuntamente usados como propaganda.
Rodríguez y la magistrada Janine Otálora insistieron en que estos materiales comprometieron la equidad de la elección, al documentarse más de tres mil impresos y cientos de pruebas digitales. Sin embargo, la mayoría de los magistrados consideró que no existían evidencias suficientes de un efecto determinante en los resultados.
La decisión mantiene en funciones a los nuevos ministros electos, pero deja abierta una discusión sobre la legitimidad de los mecanismos de votación en el Poder Judicial. El debate refleja un dilema de fondo: hasta dónde las irregularidades formales deben alterar la estabilidad institucional del país.
