Frente a nuevas restricciones migratorias y una espera indefinida, cientos de personas varadas en Ciudad de México están renunciando al sueño americano. Provenientes de Venezuela, Honduras y Haití, muchos consideran regresar a sus países, pues cruzar a Estados Unidos ya no parece viable ni seguro. La capital mexicana se ha convertido en un limbo sin salida clara ni apoyos suficientes.
De acuerdo con organizaciones civiles, crece el número de migrantes que acuden a consulados para pedir ayuda y volver. Las redadas, las deportaciones exprés y la violencia en el trayecto han debilitado la esperanza. Quienes llegaron con la promesa de un futuro mejor, hoy enfrentan el desgaste físico y emocional de la espera.
Esta situación pone en evidencia no solo la política migratoria fallida de EE.UU., sino también la falta de un sistema regional que garantice movilidad humana con dignidad, derechos y opciones reales.
