Claudia Sheinbaum afirmó que la nueva Ley de Telecomunicaciones no permitirá censura ni espionaje. Aseguró que se trata de una reforma para garantizar el acceso equitativo a la comunicación y fortalecer los medios públicos, comunitarios y de pueblos originarios. “Es una ley para democratizar las telecomunicaciones”, sostuvo.
La presidenta descartó que la norma tenga fines autoritarios, pese a las críticas por permitir la geolocalización sin orden judicial y la posible suspensión de transmisiones. Señaló que se trata de medidas excepcionales y que el objetivo principal es ampliar la cobertura y reducir la brecha digital.
Sin embargo, diversos sectores han expresado preocupación por los riesgos que implica concentrar el control del espectro y la supervisión del sistema en el Ejecutivo federal. Organismos, opositores y defensores de derechos digitales advierten que la nueva ley puede debilitar la autonomía regulatoria y abrir la puerta a posibles abusos del poder.
