Los tanques israelíes se adentraron en Rafah, al sur, y volvieron a penetrar en zonas del norte que ya habían sometido anteriormente. Un bombardeo contra un centro de distribución de alimentos en la ciudad de Gaza, cerca del histórico campo de refugiados de Shati, cobró la vida de tres personas. Otro ataque, cerca de la ciudad de Bani Suhaila, en el sur de la Franja de Gaza, eliminó a por lo menos ocho personas, entre ellas guardias que acompañaban a los camiones de ayuda humanitaria.
Ante esto, Israel no se pronunció de inmediato al respecto, negando haber atacado las labores de asistencia y acusando, en su lugar, a los militantes de causar daños a los civiles al operar entre ellos. Este incidente vuelve a poner de manifiesto la delicada y agresiva situación que enfrentan los palestinos en Gaza, atrapados en medio del conflicto entre Israel y los grupos armados. La pérdida de vidas inocentes es una tragedia que parece no encontrar solución a la vista.