Charles Leclerc, piloto de Ferrari, se pronunció sobre el rumbo de la Fórmula 1 al respaldar el actual formato con carreras sprint limitadas y rechazar innovaciones como las parrillas invertidas. El monegasco consideró que la categoría ya encontró un equilibrio adecuado y no necesita cambios radicales que alteren su esencia competitiva.
En paralelo, Leclerc expresó nostalgia por los motores V8 y V10, símbolos de una época que marcó su infancia. Reconoció que el ruido de aquellas unidades de potencia fue lo que lo hizo enamorarse de la Fórmula 1 y aseguró que sería un acierto recuperarlos, aunque las discusiones institucionales apuntan a una transición más lenta hacia propulsores de este tipo.
La postura del piloto de Ferrari abre un debate que trasciende lo técnico: ¿debe la Fórmula 1 priorizar la innovación para captar nuevas audiencias o proteger los elementos históricos que la convirtieron en un espectáculo único? La tensión entre modernidad y tradición sigue marcando el pulso de la categoría reina.
