mié. Dic 31st, 2025

La poesía como autoconocimiento

El reconocimiento al poeta Luis Flores Romero con el IX Premio Joaquín Xirau Icaza por su libro Días lejos trasciende el simple galardón literario: es una reafirmación del valor que la poesía conserva en un país que, pese a la modernidad y el ruido digital, sigue produciendo voces capaces de replantear la intimidad, el amor y el desamor desde registros profundos. El jurado no premió únicamente un conjunto de sesenta poemas, sino una dedicación de quince años de escritura, corrección y persistencia que convirtió a la obra en testimonio de disciplina y sensibilidad.

El caso de Flores Romero permite cuestionar la idea extendida de que la poesía es un género efímero, propio de la juventud. Él mismo insiste en que su impulso no es coyuntural, sino una búsqueda orgánica de exploración estética y vital. Su labor como tallerista y difusor complementa esa trayectoria: en tiempos de fragmentación cultural, la promoción de la poesía fuera de los círculos académicos se convierte en un acto político, en tanto democratiza el acceso a una herramienta de reflexión personal y colectiva.

El premio también revive un debate sobre la función social de la poesía. El autor se distancia de la idealización del vínculo entre poetas y suicidio, al señalar que más que un destino generacional, es reflejo de una crisis social más amplia. Desde su mirada, la poesía aparece no como evasión ni condena, sino como instrumento de autoconocimiento capaz de ofrecer alternativas frente a la desesperanza. En ese contraste, la obra premiada refuerza el potencial de la poesía para humanizar en contextos de dolor.

Al refrendar este reconocimiento, El Colegio de México y la Fundación Colmex apuestan por la continuidad de un espacio para la creación joven y por un legado que conecta tradición y presente. La vitalidad del género no se mide solo en la cantidad de libros publicados, sino en su capacidad para seguir interpelando a lectores de distintas generaciones. Días lejos y la voz de Flores Romero recuerdan que la poesía, lejos de estar en retirada, sigue siendo un espejo incómodo y necesario para comprender quiénes somos y hacia dónde nos dirigimos.