mié. Dic 31st, 2025

Privatizaciones en clave guinda

Aunque Morena se ha presentado como el gran defensor del Estado, muchas de sus decisiones más relevantes han optado por esquemas privatizadores encubiertos. La concesión del Tren Maya a la Sedena, el manejo de aeropuertos por empresas militares y las figuras de fideicomisos opacos contradicen su discurso de soberanía y justicia social. En lugar de fortalecer lo público, se está configurando un nuevo tipo de actor: el Estado comercial sin contrapesos.

Carlos J. González plantea que estas decisiones no solo reproducen la lógica neoliberal de décadas anteriores, sino que la empeoran al disfrazarla de modelo nacionalista. A diferencia de las privatizaciones clásicas —con licitaciones, reguladores y rendición de cuentas—, estas nuevas formas concentran poder económico en estructuras cerradas que no responden ni al Congreso ni a la ciudadanía. Así, lo público termina siendo inaccesible y excluyente.

Además, hay ejemplos de asociaciones con privados en zonas industriales del Corredor Interoceánico, donde empresas como Talos Energy o CPKC Railway participan con total aval del gobierno. Aunque Morena asegura que el control permanece en manos del Estado, en los hechos hay cesión de operación, beneficio y gestión. Esto complica aún más la narrativa oficial que se dice contraria al despojo y al saqueo.

Morena parece atrapada entre el pragmatismo económico y la fidelidad ideológica. Pero mientras se resuelve esa contradicción, se fortalecen estructuras que combinan poder político y control económico sin reglas claras. ¿Estamos frente a una nueva versión del viejo sistema, ahora pintado de guinda?