Durante la administración de Sheinbaum, al menos un alcalde ha sido asesinado cada mes, revelan cifras de la consultora DataInt. Desde 2018 cuando la administración morenista comenzó Oaxaca, Michoacán y Guerrero han sido los estados más afectados por la violencia política.
La mayoría de los crímenes permanecen impunes. Solo cinco han resultado en detenciones y únicamente uno en sentencia. La situación refleja la creciente vulnerabilidad de autoridades locales frente al crimen organizado y la falta de protección institucional.
Expertos advierten que los gobiernos municipales son blanco fácil debido a su escasa capacidad de defensa y a los vacíos de poder que muchas veces enfrentan. A pesar del discurso oficial, los datos confirman que la inseguridad sigue penetrando los niveles más básicos de gobierno.